Producto 10: Tan cerca pero tan lejos, abismos para comunicarnos efectivamente. Discapacidades sensoriales
Para empezar la reflexión acerca de las discapacidades sensoriales, me gustaría aclarar que de ahora en adelante retomando la noción de diferente capacidad, me propondré utilizar los términos "persona no oyente" y "persona no vidente" para hacer referencia a las personas pertenecientes al colectivo de sordos y ciegos, respectivamente, con el fin de nombrar a estos colectivos de una manera más respetuosa y con ello eliminar la connotación negativa que surge a partir del uso de términos como ciego o sordo.
A modo de introducción a la discusión en torno a las personas no oyentes me gustaría compartir una experiencia muy particular que tuve hace poco en mi trabajo con una persona de este colectivo quien despertó en mi un gran interés por aprender lengua de señas y también me hizo cuestionar seriamente porque no se enseña esta lengua en los colegios y universidades. Lo que sucedió es que me encontraba muy concentrada trabajando cuando de repente se me acerca un señor señalándome un producto y haciendo efusivos movimientos con las manos, mi reacción instantánea fue decirle "buenas tardes ¿en qué le puedo ayudar?", a los pocos segundos me percaté de que en su tapabocas había un mensaje que decía "soy sordo". Acto seguido intento comprender como puedo lo que él me esta intentando comunicar. En mi desespero empiezo a decir varias cosas a modo de pregunta intentando adivinar lo que me esta queriendo comunicar el señor, sin embargo luego me percato que no tiene sentido preguntarle tantas cosas porque el no me escucha ni tampoco puede leer mis labios. En ese momento me sentí tan impotente al ser incapaz de comprender el mensaje que esta persona me estaba transmitiendo y de igual modo al verme incapaz de transmitirle mi mensaje a él, no tenia idea de como hacerme entender. Todo pasó muy rápido y el señor terminó resignándose y yendo a pagar el producto. Una vez en la caja le enseño la pantalla del computador para indicarle el precio, estableciendo así nuestra única comunicación efectiva alcanzada, el señor me paga y se va. Como dije anteriormente, esta experiencia aunque parezca simple y algo cotidiano para una persona no oyente, despertó en mi varios cuestionamiento como: ¿Por qué en el colegio no me enseñaron legua de señas? ¿Por qué en la universidad tampoco hay clases de lengua de señas? ¿Por qué nos hemos acostumbrado a que estas personas deben adaptarse a nuestro contexto y nosotros no al de ellos? ¿Cómo se sienten estas personas al verse muy limitadas al momento de comunicarse con personas oyentes en su cotidianidad? ¿Qué puedo hacer yo como persona oyente para ayudar a esta comunidad?, etc.
Luego de haber leído la lectura y de haberme adentrado un poco más en las características de las personas no oyentes, me llamó mucho la atención como nosotros como oyentes tendemos a pensar erróneamente que la lengua de señas es como hablar español pero con signos manuales, que básicamente es la misma lengua solo que cambia el medio por el cual se transmite. Me sorprendí bastante al enterarme que la lengua de señas dista mucho del español y que por ello es normal que una persona que signe en lengua de señas colombiana (LSC) no pueda ser entendida por una persona no oyente español que tiene su propia lengua de señas muy diferente a la colombiana. Teniendo en cuenta esta realidad, no tan conocida, es que tiene todo el sentido que la lengua de señas tenga la misma importancia que cualquier lengua oral y que por ello el termino bilingüe no solo haga referencia a una persona que domina dos lenguas orales distintas, sino que también a una persona que domine la lengua de señas y la lengua oral perteneciente a su país natal.
Sin embargo cabe resaltar que no todas las personas no oyentes son bilingües, este es el caso de las personas monolingües que solo signan y de las personas semilingües que no dominan ninguna lengua, lo cual se les dificulta mucho comunicarse. Este es el caso de los hijos de padres oyentes quienes al tener esta dificultad auditiva no son capaces de dominar la lengua oral, pero tampoco la lengua de señas puesto que carecen de un acercamiento adecuado a esta comunidad y la interacción necesaria para aprender a comunicarse mediante las señas. Los niños tanto oyentes como no oyentes tienen un periodo critico para la adquisición del lenguaje, de allí que sea indispensable acompañar mediante el modelo lingüístico a ese niño no oyente que todavía no sabe signar para que pueda adaptarse adecuadamente al contexto escolar, pueda acceder a los conocimientos y pueda establecer una adecuada comunicación con su núcleo cercano oyente. De manera que la propuesta educativa no es excluir a los niños no oyentes de las escuelas "normales" para enviarlos a escuelas especiales, sino que la idea es que estos niños puedan tener una adecuada incorporación a su contexto cultural en el cual viven, al igual que a la comunidad no oyente. Lo anterior puede lograrse a partir del acompañamiento de una persona no oyente a este niño/a en sus primeros años de escolaridad para que pueda adentrarlo tanto en la comunidad no oyente ( y con ello que pueda aprender aspectos culturales de este colectivo y el dominio de la lengua de señas) como también en la comunidad en la que vive esto con el fin de que también pueda adquirir el lenguaje oral y con ello pueda posteriormente dominar la lectoescritura.
Por otro lado esta el colectivo de personas no videntes o con dificultades visuales que también constituyen un gran reto para la educación formal y requiere de mucha atención para poder brindarle a los niños de manera temprana la ayuda que necesitan. No obstante es necesario aclarar que dentro las dificultades visuales encontramos diferentes tipos de afectaciones más allá de la dicotomía vidente y no vidente. En realidad hay diferentes tipos dificultades visuales dependiendo del aspecto afectado y de su magnitud. De manera que para poder identificar la dificultad visual existente es necesario emplear diferentes exámenes que evalúen parámetros como: agudeza visual, medida de campo visual, dificultades asociadas a la opacidad, dificultades asociadas a fotofobia y dificultades asociadas al movimiento ocular. A la luz de estos parámetros es que se puede determinar la gravedad de la dificultad visual, lo cual permite situar a la persona en un espectro desde lo más severo, una ceguera total, hasta lo menos severo, personas con visión limite. Teniendo en cuenta la gravedad de la dificultad visual identificada es que se pueden emplear diferentes estrategias que mejor se adecuen al caso y permitan que el niño/a pueda acceder al conocimiento correctamente. En cualquier caso es recomendable que toda persona con dificultad visual sea cercana al sistema braille y al uso de dispositivos tecnológicos con voz electrónica incluida, para que puedan acceder sin problema a los conocimientos y a la cultura y con ello poder cerrar la brecha existente entre este colectivo y las personas videntes.
Y con esta idea de hacer lo posible para cerrar las brechas existentes, me gustaría retomar el caso de Helen Keller una mujer no oyente y no vidente que a pesar de crecer con estas características que dificultaron su adquisición y desarrollo del lenguaje, esta mujer logró no solo adaptarse correctamente a su entorno social, sino que también fue una exponente académica muy importante que escribió libros y dictó conferencias. Helen con su historia nos demuestra no solo que marcó un hito histórico al ser la primera persona con diferente capacidad en lograr obtener un titulo universitario, sino que también nos deja un claro mensaje: que ninguna "discapacidad" es limitante en sí y que en realidad todas estas personas pueden explotar todo su potencial y lograr cosas maravillosas con el apoyo y acompañamiento necesario.
De manera que resulta necesario revindicar y cambiar nuestra percepción acerca de las personas con diferente capacidad, puesto que estas personas poseen capacidades exorbitantes que les permiten adaptarse adecuadamente a su entorno y no depender de la ayuda constante de su cuidador. Sin embargo para realmente poder potenciar las capacidades y cerrar las brechas existentes entre los colectivos con diferente capacidad y nosotros, resulta importante que no solo las personas con estudios especiales puedan acceder al conocimiento necesario para poder ayudar y comunicarse adecuadamente con esto colectivos, sino que estos conocimientos sean de carácter público, que toda persona de la sociedad pueda acercarse al braille y a la lengua de señas y que estos conocimientos no se limiten a una minoría de personas. Sí realmente queremos lograr una verdadera inclusión para este colectivo de personas, es necesario que nosotros como sociedad aprendamos a relacionarnos adecuadamente con estas personas, que las podamos ayudar y entender, en lugar de dejarle estas tareas a otros y con ello lavarnos las manos. Suena irreal pero sería muy hermoso poder compartir un salón de clases en el colegio o en la universidad con una persona no vidente o no oyente y que independientemente de su dificultad sensorial, ambos podamos acceder al mismo conocimiento. Aunque en un futuro cercano resulte casi imposible cumplir esto, al menos si me gustaría que la lengua de señas y el braille fueran igual de importantes que aprender inglés en el colegio o en la universidad, un requisito para cualquier estudiante. Así como hay tanta presión y necesidad social actualmente para aprender inglés, me gustaría que también ocurriera lo mismo pero con estos dos sistemas lingüísticos, que se volvieran cada vez más en una realidad accesible para todos y no en algo especial que me es ajeno.
Referencias:
Ministerio de Educación Nacional (MEN) (2017). Documento de orientaciones técnicas, administrativas y pedagógicas para la atención educativa a estudiantes con discapacidad en el marco de la educación inclusiva
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